23 septiembre, 2005

La ciudad dormida

Esto de trabajar en las afueras tiene su punto álgido cuando en Barcelona es fiesta, como hoy. Mañana es la Mercè y es día festivo pero la víspera también lo es y ambos días sólo son fiesta en Barcelona. Así que a las ocho de la mañana la Gran Vía barcelonesa parecía la Gran Vía madrileña de Abre los ojos, cuando Eduardo Noriega la enfrenta vacía, y es tan irreal que la imagen ya se me quedó a mí como un clásico del cine español al lado de J.L.Vázquez en la cabina de teléfonos.
Pases a la hora que pases hay gente en la Gran Vía, por mucho que trasnoches el fin de semana hay tráfico, incluso cuando vuelves a la ocho de la mañana a casa... pero hoy, hoy fue un momento mágico el de verla vacía... tanto que hasta a supera a Proust cuando unta su magdalena en el té y descubre un "momento perfecto". ¡Mágico!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Barcelona ha cambiado muchísimo. En pleno verano, Agosto, un lugar tan céntrico como Muntaner/Diputación en pleno día estaba prácticamente vacío de gente, todos los comercios cerrados, y los únicos coches que veías estaban todos aparcados.

Qué paz, qué tranquilidad; encontrarlo así hoy en el 2007 tendría un efecto inquietante, sería como adentrarse en un episodio de "La Dimensión Desconocida".