Paseo por el Paral.lel y veo que están arreglando el asfalto, están ensanchando las aceras y están quitándole ese fantasma canalla que aún corría entre sus calles. Hay un momento para todo y la vidilla del barrio se va para sant Antoni.
Ahora que si plantas tu rosa de sant Jordi en una maceta igual toma, que tenemos unas razas transgénicas de plantas sin olor pero de inmejorable aspecto; la ciudad se nos holandiza a marchas forzadas, los bares se centroeuropeizan, y las tiendas de semillas de marihuana venden ya de todo. El olor a hachís es ya uno de los olores de la ciudad y sólo nos faltan un par de canales.
Sant Antoni estaba ayer, tras dos días de lluvia, repleto de flores, en muchas tiendas vendían unas columnas enormes de buganvillas, hay geranios por todos lados y mil variedad de plantas venidas de Holanda que quedan de lo más autóctono en cualquier lado.
La concupiscencia de El Molino de antaño se ha trasladado a la horchatería Sirvent donde hombres y mujeres solitarios devoran helados gigantes escondidos entre los setos, mientras pasean por la zona futuras madres primerizas que rondan los cuarenta al lado de sus parejas, metrosexuales forzosos.
The times are changing...
19 mayo, 2005
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