
Uno busca el Hard Rock Café, ve un callejón que parece sin salida con una Caixa al fondo y se adentra en él y sale a una placeta tranquila con olor a hachís para encontrarse con la iglesia de santa Anna al fondo.
Muchas veces he ido allí con algún amigo, siempre con miedo de la fauna que puebla la plaza, pero jamás nos dijeron nada. Es un buen lugar para charlas interminables, de ésas en las que acabas sintiéndote afortunada de no ser infeliz y de tener amigos a quien contarlo.
Suele estar abierta, creo que abre a las 18h, pero suele estar abierta fuera de horas para ensayos de bodas y, a menudo, puedes entrar en el claustro.

Me gusta más verla desde la plaza, o estar en el claustro, pero hay que reconocer que tiene zonas bonitas. Y... tiene muy buena acústica. Por favor, conversen en voz baja e insonoricen sus teléfonos antes de entrar.